N° .308- Novena: Que observemos la continuidad de las etapas de la ablución, de modo que se realicen una inmediatamente después de la otra; ahora bien, no hay diferencia si se secan los miembros de la ablución antes de realizar la siguiente etapa o que se queden húmedos.
N° .309- No hay problema en el desplazarse con los pies entre las etapas de la ablución, entonces, si caminamos después de lavar el rostro y los brazos y luego untamos la cabeza y los pies, la ablución no se anula.
N° .310- Decima: Que el hombre realice las etapas de la ablución en persona; por lo tanto, si otra persona le ayuda o le vierte agua en el rostro y los brazos, la ablución queda anulada, pero no hay problema si le ayuda en las cosas preliminares de la ablución (como la disposición del agua).
N° .311- Quien no está capacitado para hacer la ablución debe pedir ayuda a alguien, y si es necesario debe pagarle para que le ayude, pero él mismo debe hacer la intención y hacer la unción con su propia mano, si esto no le es posible, aquel que le ayude debe tomar su mano y untarla, si esto tampoco es posible, el ayudante puede tomar la humedad de su mano y hacer la unción para él, aunque en este caso la precaución obligatoria es hacer el Tayammum (ablución en seco).
N° .312- La persona no debe pedir ayuda para las etapas de la ablución las cuales solamente le son posibles.
N° .313- Decimoprimera: Que no haya ningún problema en el uso del agua, por ejemplo, si tememos que el agua es perjudicable para nosotros (debido a una herida o una enfermedad), o que el agua se acabe con la ablución y no quede más agua para beber, debemos hacer el Tayamum (ablución en seco).
N° .314- Si después de la ablución nos enteramos que el agua nos ha perjudicado, la ablución no se considera incorrecta.
N° .315- Si no nos perjudica hacer la ablución con poca agua o agua caliente, debemos hacer la ablución con una de ellas.
N° .316- Decimosegunda: Que no haya ningún obstáculo que evita la llegada del agua llegar a la piel; si sabemos que algo se ha pegado a uno de los miembros de la ablución, debemos eliminarlo, aunque tengamos duda si esto obstaculiza el agua.
N° .317- Es mejor limpiar la mugre debajo de las uñas, pero si las uñas son muy largas es necesario limpiar detrás de ellas; además, si nos hemos cortado las uñas y la mugre se ha quedado sobre las puntas de los dedos, debemos limpiarlos.
N° .318- Es suficiente lavar y untar la superficie de las ampollas por quemaduras que aparecen en la piel y no es necesario hacer llegar el agua a su interior, aunque las ampollas estuvieran abiertas; pero si se desprenden y se pegan en otra parte de la piel, hay que hacer llegar el agua por debajo de ellas a condición de que no fuera perjudicable.
N° .319- Cuando la persona piensa en forma racional que tal vez haya un obstáculo en los miembros de la ablución, debe primero mirarlos; por ejemplo la persona que pinta o trabaja con barro y dudase en que se le hayan pegado unas partículas del pintado o del barro, debe primero examinarlas y limpiar los miembros de la ablución.
